lunes, 25 de julio de 2011

“Tierra de España” (1937), de Joris Ivens (Pelicula)

Película documental de Joris Ivens sobre la guerra civil española. Narrada por Ernest Hemingway 1937


“Tierra de España” (The Spanish Earth) ha sido calificada como el mejor film documental jamás realizado sobre la Guerra Civil española. Fue la primera película de tema bélico en la filmografía del documentalista holandés Joris Ivens (1898-1989). La narración de la versión inglesa es del novelista estadounidense Ernest Hemingway. La narración de la versión francesa es del propio Joris Ivens. La productora Contemporany Historians, que financió la película, estaba constituida por un grupo de escritores, actores y guionistas norteamericanos (Ernest Hemingway, Lillian Hellman, John Dos Passos y Clifford Odets, entre otros), que querían colaborar con la República española.
El montaje de la película lo llevó a cabo la holandesa Helen Van Dongen en Nueva York e Irving Reiss se encargó de añadir los efectos de sonido a las tomas (mudas) de las batallas y los bombardeos. Como anécdota, valga decir que Reiss consiguió reproducir el efecto de los bombardeos invirtiendo los ruidos de un terremoto de la película San Francisco.

The Spanish Earth se estrenó el mismo año de su rodaje, 1937, en el mundo entero. La primera proyección de “Tierra de España” se hizo en la Casa Blanca ante el presidente Roosevelt y su esposa. Fue entonces cuando el primer mandatario americano pronunció esta frase -”Es la película que todo el mundo debe ver”- que figuraba en los carteles de publicidad de la película.





Parte I




Parte II




Parte III


ParteIV





Parte V





Parte VI


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La repercusión que tuvo la película hizo que, tras la guerra civil, el gobierno de Franco declarase a Joris Ivens "persona non grata" y le prohibiera la entrada en el país. El documentalista no volvió a España hasta 1985, cuando la Filmoteca de Madrid le rindió un más que merecido homenaje.



El núcleo central de la película lo constituye la Guerra Civil española, el enfrentamiento bélico, representado por dos acontecimientos ocurridos entre los meses de octubre de 1936 y febrero de 1937: la defensa de Madrid (las operaciones de la Ciudad Universitaria, la resistencia organizada y la vida ciudadana bajo las bombas) y los combates en torno a la carretera de Valencia, que los militares sublevados querían cortar para aislar así a la población de la capital del resto de la España republicana.
Joris Ivens, en vez de limitarse al reportaje convencional, en que las tomas de batalla obligan a desplazar toda la intencionalidad sobre el comentario sonoro, y aun concediéndole a éste una importancia decisiva, introduce un segundo elemento, paralelo, que es el que da a la película toda su fuerza expresiva: esa otra lucha que mantienen los habitantes de Fuentidueña de Tajo (pueblecito de la provincia de Madrid situado a 63 km de la capital) para regar las tierras resecas y asegurar el abastecimiento de víveres a los combatientes. El tercer elemento, el personaje de Julián, con sus tres brevísimas apariciones, sirve para hilvanar la narración, subrayando aún más esa vinculación total entre los dos frentes.


La conclusión de la película de Ivens es clara: es el mismo pueblo el que lucha contra la sublevación de los militares alzados contra el gobierno de la República. La batalla por el pan es la batalla por la libertad, y a la inversa. Con las armas y con la azada, el pueblo lucha de modo unitario por defender la tierra de España.
Joris Ivens vino a España, como haría posteriormente en otras guerras (la guerra chino-japonesa de 1937, la II Guerra Mundial, Vietnam, etc), para ofrecer un testimonio vivo y directo de la lucha de unas gentes aferradas al suelo, a sus campos sin regar, a sus ciudades devastadas por un enemigo técnicamente superior.


Equipo de rodaje de la película

Por todo ello, “Tierra de España”, aún derrotada por una historia que todos conocemos, y junto a las emociones que pueda despertar hoy en nosotros, sigue siendo un hito ineludible en la historia del cine militante, del cine que, lejos de avergonzarse de ello, sabe muy bien que la única dignidad consiste en ponerse al servicio de una causa.









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